y te encontre, y me di cuenta que eras tu la unica pieza que me faltaba...

28.1.13

Capitulo 36. Crazy♥






- El viaje parecía no acabar, en todo el trayecto hubo silencio. Un silencio asqueroso, con sabor a dolor y amargura. Ni siquiera quería imaginar mi vida así. Llena de esos sentimientos horribles, Llena de hipocresía… buscaría un lazo eh intentaría suicidarme.  

Habíamos llegado, había cientos de personas que irían en ese viaje de cinco días a Inglaterra. Ni siquiera sabía porque Fred había elegido irnos en barco, en vez de tomar un avión y llegar tan solo en horas… Seguramente tenía un plan, ni siquiera quería saber de que se trataría…           



                                                        

                                                              . . .            



Narra Michael:       

– Iba totalmente descontrolado, apurado… corría y corría pero no llegaba.  
Kart y Eliot estaban ahí… después de meses sin verlos, más que guardaespaldas, mis queridos amigos. Frank y Adam habían venido conmigo… Adam no tenía idea que es lo que hacía Michael Jackson corriendo de forma alocada y desesperada junto a cuatro hombres más con destino a una embarcación. Él Gritaba y gritaba mi nombre desde atrás… ellos venían siguiéndome, tal vez corría demasiado rápido. -     

Frank: ¡Michael! ¡Espera, tranquilízate!      
Kart: ¡Mike!     

Adam: ¡Santo Dios! Nunca había visto tanta gente!!   

- Gente, gradas… gradas, gradas, más gente, iba a volverme loco, ni siquiera sabía cuál de los tres barcos tenia destino a Inglaterra.  Paré, con la respiración agitada, me asome en el muro que separaba el puerto del mar… gente, gente… más gente. Nadie con un hermoso cabello rizado, negro.  Nadie con esos labios tan intensos y cara de muñeca. Chicas, chicas, muchas chicas pero ninguna tan hermosa…  -        

Mike: ¡Disculpe! Señor… ¡Si usted! – Creo que era el capitán de uno de los barcos… sí, eso creí - ¡Disculpe! ¿Cuál de esos barcos de dirige a Inglaterra?    

¿?: Usted es... usted es!      
Mike: Shhh!  ¡Cállese! no lo diga en voz alta… ¡Contésteme la pregunta!       

¿?: Es… es, el segundo.        
Mike: ¿No sabe donde venden los boletos?    

¿?: Si! Aquí mismo en este kiosco que esta atrás de usted.      
Mike: ¡¡Gracias, gracias!! – Los chicos habían logrado alcanzarme, corrí hacia en kiosco... por favor, por favor. Un gorro y una bufanda, eso quería! Se los quite a Frank -       

Frank: Michael por Dios, tranquilízate.          
Kart: Hermano ¿Qué rayos haces?     

Mike: Buscando al amor de mi vida!      
Adam: ¿¡¡Qué!!?      

Mike: - Como pude, cambie el tono de mi voz -  Disculpe señorita, puede darme un boleto de ida a Inglaterra por favor!!?        

Eliot: Dios mío, Michael ¿¡¡Enloqueciste!!?      
Mike: - Me lleve ambas manos a la cabeza -  ¡Sí! ¡Estoy loco por ella!       

¿?: Espere, déjeme averiguar si aún hay cupo.       
Frank: Michael mírame ¿Sabes lo que haces?         

Adam: ¡No, no lo sabe se ha vuelto loco!        
Kart: ¡¡Pueden explicarme que es lo que pasa aquí!!      

Mike: ¡No hay momento para explicaciones! – Volví a acercarme al muro y mire hacia abajo… había mucha gente ahí, gente, gente y más gente… -              


                                                         . . .                     


– Bajamos las gradas… Íbamos a entrar al barco no podía creer lo que estaba haciendo, quería mirar atrás, quería volver… con mi príncipe. Un hombre con traje de marinero se acerco a mi.  -      

¿?: Señorita Molly, déjeme ayudarla a bajar.  – Lo mire, parecía saber quién era yo, solo sonreí y el asintió devolviéndome la sonrisa -        

Ana: ¿Cómo se supone que entraremos? Esta muy alto.        
Fred: Bajaran las escaleras, Si… creo que así entraremos.       

Ana: Hey! tú!  - Se dirigió al chico que me ayudaba a bajar - ¡Puedes hacer que apresuren todo esto! ¡Necesito irme!      
¿?: Disculpe pero, también soy pasajero, señora Burcherberth.     

Ana: Ash! pensé que eras un empleado del barco… con ese atuendo tan anticuado.       
– El chico solo rio -      

Yo: Perdona a mi madre, ella es muy… bueno, ella es así.      

¿?: No importa, - Sonrió, había tanta gente ahí y el amable chico me estaba ayudando a no perderme  -  Soy Ronnie, mucho gusto en conocerte, eh visto a tu padre en televisión, en campañas benéficas y todo eso.     

Yo: ¿Enserio?... Yo, bueno yo soy…       

Ronnie: Si, se quién eres… Molly Elizabeth Burcherberth, es un placer… eres muy bonita, sin ofender.        

Yo: - Solo sonreí -  Gracias…  
- Bajaron las escaleras, eran enormes… mucha gente empezó a subir -      

Ronnie: Bueno, tengo que irme, fue un placer… no te pierdas, suele ser muy peligroso aquí.      
Yo: Gracias… fue un placer.      

Fred: Molly cariño, por favor no te mescles con gente absurda ¿Eres mi esposa, lo olvidas?      - Era un desgraciado, engreído -       

Yo: Adiós… 
- Ronnie se fue, mi madre comenzó a subir y un hombre cargaba todas sus maletas, Frederick se adelanto y la ayudo a subir… Un niño de tres años estaba detrás de mi gritándole a su madre que ya estaba en la embarcación, el niño estaba desesperado… lo levante y lo puse delante de mí, su madre solo me sonrió.   

                                                             . . . 



¿?: Lo lamento… ya no hay cupo.        
Mike: ¿Qué? ¡No, no puede ser! ¡Debo estar en ese Buque! – Coloque mis manos en mi cabeza, esto no podía estar pasando, corrí, y corrí de nuevo… tenía que llegar abajo. -     

Eliot: ¿Dónde está  Michael?       
Frank: ¿No lo ves?      

Adam: ¡Maldita sea, corran!  ¡Búsquenlo!       

- Nunca, nunca en mi vida me había sentido tan pequeño, tan desesperado… Quería llegar abajo, donde estaban las embarcaciones. Me apoye en el muro y mire hacia abajo… Dios mío, Dios mío ¿Dónde estaría? Cerré los ojos con fuerza deseando con todo mi corazón encontrarla, por lo menos verla…  -   Dios mío, por favor, ayúdame…                       
                                            
                                                            . . .             


– Suspire… la gente que estaba cerca de mí, estaba tan desesperada por entrar, y yo no quería ni siquiera dar un paso adelante… Todos los de la clase alta ya habían subido, se me hacia tan raro que él hombre que recibía los boletos y dejaba entrar a la gente no me hubiera notado aún… Mire hacia el cielo, cerré los ojos con fuerza, las lagrimas querían salir, hacer carrera en mis mejillas pero debía retenerlas. -   Dios mío, ayúdame.  – 

Abrí los ojos...  Trague saliva.  





Mi corazón salto. Ángel, eso era.  

Un maravilloso y hermoso ángel que siempre estaba ahí, dispuesto a salvarme de todo y de todos. Me di cuenta que Dios si me había escuchado.  

Ahí estaba y mi corazón amenazo con salirse, Tan hermoso, tan irreal, demasiado perfecto para ser parte de este mundo… de mi mundo. 




Pero ahí estaba, rompiendo todas mis expectativas. 
Él me miro y sonrió… esa maravillosa sonrisa que me había hecho caer irremediablemente enamorada cada vez que la veía. 

Estaba loca por él.     

Fred: ¡Molly! ¿Qué rayos haces? ¡Se nos hace tarde, vamos! 
– Bajo y me jalo… Ni siquiera pude pensar en un segundo me encontraba perdida, hundida en algún lugar de aquella hermosa mirada, tratando de analizar lo que había visto y al otro instante estaba sentándome junto a unas personas, completamente extrañas, con un aspecto millonario y completamente material. 
                                        
                                                               . . .              



La había visto, la había visto… la había encontrado Dios mío. No sabía si echarme a llorar o ponerme de rodillas de agradecimiento al cielo.  Estaba totalmente paralizado, Frederick se la había llevado, ella parecía… completamente ausente, como si todo lo que pasaba a su alrededor era un simple sueño.      

 Adam: ¡Michael, niño! Dios mío… ¿quieres explicarnos qué rayos está pasando aquí?       
Mike: - Tenia lagrimas en los ojos… tal vez, Fred la había lastimado oh, algo más había pasado, mi corazón se lleno de desesperación –  Frank – Lo tome de los hombros – Acompáñame!    

Frank: - me miro, el pudo ver lo desesperado que estaba… -  ¿Qué planeas hacer, Michael?         
Mike: Entrar, ir a ese buque y subirme ¡Al precio que sea! ¡Tienes que ayudarme!   
 - Corrí, corrí lo más rápido que pude… hasta que llegue, había mucha gente queriendo pasar -  

                                                             . . .                   


Me senté en una mesa junto a mamá. Habían muchas mujeres ahí. Todos parecían estar muy emocionados de ir a Inglaterra. Junto a mamá estaban todas aquellas personas, tan superficiales, hablando de temas completamente absurdos.      
- ¿Y no piensas tener hijos, Molly?      

- Déjala, seguramente quiere disfrutar unos años, es joven y sumamente rica ¿Quién no quiere eso?      

- ¿Cómo es Frederick? Dicen que planea crear su propia empresa ¿lo sabías?         

- Frederick es completamente guapo, te envidio muñeca.      

- ¿Te piezas casar por la iglesia?        

- ¡AH! si eso pasa llámame! regalos, tarjetas, invitados… ¡Yo puedo planear todo Ana!     

- Si lo sé, mi hija y yo planeamos hacer una nueva vida en Inglaterra y una boda a lo grande seria… un nuevo comienzo.          

- ¿Ya vieron quien está con Lourdes? – Todas Rieron – Dicen que es su amante, imagínate! y su esposo está muy enfermo…       

- Es una maldita perra.               

Deje de escuchar y baje la mirada.  Renuncie a él, renuncie a su mirada… y no me arriesgue. Elegí vivir una vida completamente vacía y oscura antes de verme culpable de que sus ojos pudieran no brillar más.  

“¿Y qué hay de mi? ¿Qué hay de lo que yo necesito? 
    … Te necesito a ti, Molly. “      

“ Y yo también te necesito… con toda mi alma” quise decirlo… quise gritarlo, quise quedarme sin garganta de tan duro que quería decirlo.   

Las lágrimas amenazaban con salir, mi corazón gritaba, tragué saliva… y limpie mis ojos antes de que las lágrimas salieran.  Frederick llego de repente causándome un salto.         

Fred: ¿Quieres pararte? 
– Su voz sonó fría y enojada, me pare sin causar ningún disgusto pues ahí habían muchas personas, demasiadas.  Me tomo del brazo y me jalo llevándome hacia una habitación que estaba completamente vacía. Entramos se abalanzo sobre mi y comenzó a besarme el cuello… me dio asco. Lo quite de encima.       

- ¡Dejame!     
- ¿Quieres decirme que hace ese Idiota, aquí?     

- ¿¡Que!? – Dios mío… lo había visto. Pero ¿como...?         
- ¡SI! ¡Él está aquí, y no lo niegues! – Me empujo - ¡No planees una locura ¿me escuchas? ¡¡No me hagas hacer un escándalo aquí!!          

- ¿Qué clase de escándalo podrías hacer? ¿Matarme? ¿Matarlo a él? ¡Mátanos! a ambos! Que me mates no hará que él deje de amarme o que yo lo haga.      

- ¡Eres una estúpida! - Me pego una cachetada, quise defenderme y comenzamos a pelear a golpes… Abrieron la puerta.          

- Señor Frederick yo… Dios mío, Lo… lo siento. Debí haber tocado.        
- ¿¡¡Que es lo que quieres!!?    

- La señorita Mercedes… lo busca.       

Me miro de reojo y salió de la habitación… el otro chico solo se me quedo viendo hacia el rostro, seguramente Fred me había hecho un moretón.         

– Señorita Molly, yo… lo siento, tanto. – Él trago saliva, apreté mis manos y un pequeño gemido salió de mis labios. Quería echarme a llorar, ya no aguantaba más… -  Ojala… ojala pudiera ayudarla.  – Bajo la mirada – Trate de cubrirse el golpe. No deje que la vean así…  - Se fue -            

Salí rápidamente de la habitación y me asome a ver el mar, Lloré, lloré y lloré… No. 
No estaba dispuesta a vivir toda mi vida de esta manera. 

No quería, no podía. 
Me deje llevar por el dolor de mi corazón, deje que las lagrimas salieran tanto como quisieran sobre mi rostro... casi no podía respirar, mientras más lloraba, más me faltaba el aire y el dolor aumentaba. 

Solté mi cabello, sentí la brisa sobre mi rostro… el barco empezó a moverse. Mi corazón quiso salirse.   
  
- No dejes que él gane. - Verónica estaba junto a mí y me sonreía, como si nada pasara.      

- ¿Qué?     

- El barco está empezando a marcharse, aún tienes tiempo.        

– Pero…        

- Molly! ¡Olvídate de los demás! No te obligues a vivir una vida que no quieres vivir.  – Me abrazo – Se que quieres hacerlo. Hace apenas unas noches alguien me dijo que tuviera fé y confiara en mi corazón. Ya que él siempre triunfa. Enséñales a todos que tienes la razón.    – Sonrió -          


Trague saliva, muchas sensaciones empezaron a salir, cerré los ojos, suspire profundo mientras escuchaba las voces de los que ayudaban a que el barco avanzara.  

Mis pulmones se llenaron de aire, de olor… de su olor. Sabía que él aún estaba ahí. 
Sonreí… y sentí que mi corazón volvía a palpitar.     

Michael, Michael… Michael. 

Él a cada segundo.  
Lo amaba a él, lo queria a él a cada instante.          

– Iré a buscar al amor de mi vida. – Dije, y pareció que Vero sabía que yo iba a decirlo. Ambas sonreímos, reímos… parecíamos dos niñas completamente emocionadas.  Yo, sobretodo.  – Cuida a Blanca, dile que la amo, y que me deseé suerte.          

– Se lo diré… se feliz.           
– Muchísimas gracias, Vero.      

- ¡SI!, Adiós, adiós! ¿Qué estas esperando? ¡VE!         


 Corrí, corrí hacia el salón. No me importaba nada. ¡Nada! Solo él, solo yo… solo nosotros. Muchas risitas nerviosas salían de mi corazón y de mis labios. 
Me quite los tacones rápidamente, para correr mejor.             

Fred: ¿Molly, que rayos?       
Ana: - se paro- ¡¡Molly Elizabeth Burcherberth!! ¿¡Que estás haciendo!?         

Corrí hacia las gradas, las baje muy rápido.  
Me dirigía hacia la proa.        

- ¿¡Señorita adonde va!?        
- ¡Detengan a esa niña! ¡Estamos en movimiento no puede acercarse tanto a la proa!      

                                                            . . .           



Eliot: ¡Michael ya no podemos hacer nada! El barco se está yendo.       

Mike: ¡tenemos que hacer algo, ella no puede irse! ¡Ella no puede irse! 
– Los ojos se me llenaron de lágrimas -     

Frank: Michael, tienes que calmarte… podemos, no lo sé. Buscarla en los hoteles de Inglaterra...       

Mike: ¿Quieres que se vaya? Una vez se haiga ido jamás podre recuperarla. ¡Maldita sea!
 – Llevé las manos a mi cabeza, no debía de perder la calma… no debía hacerlo debía. Pero… cuando me vi a mi mismo dando vueltas tratando de encontrar otra opción otra salida, supe que había perdido el control. 

Lo había perdido… no estaba dispuesto a perderla por que no habían boletos ¡¡Era completamente absurdo!! Debía entrar ahí. Corrí hacia la entrada… adonde se encontraban los demás Barcos… la gente estaba como loca queriendo entrar. Tuve que pelear con los policías, quienes al ver que no tenia boleto querían sacarme a rastras de ahí. Peleé, traté con todas mis fuerzas de llegar a ella. –


- ¡Por favor! Déjeme pasar, se lo suplico!!    

- Lo siento, deberás los siento pero acaba de ponerse en marcha!      

- ¿Qué? ¡No puede ser! – No, Dios mío… no.  
De repente se escucharon unos disparos ¿Qué rayos sucedía aquí?       

- ¡¡Policia!! Llame al salva vidas, llame al capitán ¡Haga algo! por Dios esa chica se va a tirar!!       

Mire hacia el buque ¡Santo Dios! esa es?.... ella es, ¡¡Ella es!!     

- ¡¡Tiene que dejarme pasar!! ¡Debe dejarme ir por ella! ¡DIOS MIO!      

- ¿Qué estas diciendo? ¿Pero…?         

- Tony!  EL capitán acaba de llamar ¡¡Van a detener ese barco, ella puede lastimarse!!       

- ¿Qué se supone que debemos hacer?      

- ¡Un chico loco, comenzó a disparar! ¡¡Dentro del barco!! hay que sacar a la gente de ahí!         

- ¡¡Envíen policías!!  ¡¡Un salva vidas!! ¡¡Saquen a este chico que aquí!!        


¡Hablaban de mí! No tenía que salir de aquí… debía llegar a ella!!   
Luche con el policía y me escape... Logre entrar!                              

                                                             . . .            



Frederick comenzó a disparar, volví a ver hacía atrás…  él venía hacia mí, me asuste, me asuste demasiado mi corazón amenazo con salirse de mi pecho debido al miedo que tenia. 

Me pase al otro lado de la proa. 
El viento rozaba mis mejillas… podía escuchar los latidos de mi corazón asustado y agitado.  

Mi cabello no me dejaba mirar, suspire profundo, cerré los ojos y me deje caer…        

Fred: - Se asomo a la proa -  No… ¡NO! ¡¡Maldita sea!!           


Estaba fría… el agua estaba totalmente fría.  Respire aire lo más profundo que pude, comencé a nadar hacia la orilla. 
Michael… ahí estaba, Dios mío. Él venía hacia mí, solo pude sentir las lagrimas cayendo a través de mi rostro.

Mis pies tocaron la arena. Corrí, corrí lo más rápido que pude hacia la orilla.    

- ¡Michael! …. Ah, Dios mío, Michael…       

Ambos corríamos hacía el otro. 

Por fin legue a sus brazos, su rostro estaba lleno de lagrimas que no dejaban de caer, nos besamos, nos besamos muy fuerte, muy intensamente, queríamos comernos literalmente, desintegrarnos en los labios del otro para así poder perdernos, juntos. 

Lo tome del cuello y él comenzó a darme vueltas en el aire. Nunca… Nunca, jamás iba a poder vivir sin él, estaba atada a él por el resto de mi vida, y era hermoso.               

– Molly… - Tomo mi rostro con ambas manos, estaba desesperado, su respiración muy agitada. Y lloraba como un niño - … amor, nunca más intentes alejarte de mi ¡Te lo suplico! Sin ti mi vida no tiene sentido muñeca, pensé que te perdería… pensé que… jamás volvería a tenerte aquí, tan hermosa junto a mí.         

– No podía irme, no debía hacerlo. – ni siquiera podía hablar, el llanto me cortaba las palabras – no necesitándote, ni amándote de esta manera… Bésame, Michael.        

Lo necesitaba, necesitaba un beso suyo… y me beso, desesperado, una, dos… tres, cuatro veces… que me parecían insuficientes.            

Fred: - Se tiro desde la proa, y comenzó a nadar hacía nosotros - ¡Los voy a matar! ¡Imbéciles! ¡¡LEGO SU FIN, MALDITA SEA!!  - Comenzó a disparar -         

Mike:  Hay que salir de aquí!! 
– Me jalo, y corrimos hacia las escaleras… los policías nos dejaron pasar al ver que Frederick estaba armado, subimos las escaleras lo más rápido que pudimos, Muchos policías llegaron hasta la orilla donde estaba Frederick.         

Ana: - Comenzó a bajar del barco, ya que estaban evacuando a los pasajeros - ¡Frederick! ¡Diablos, Frederick! ¿¡Donde esta Molly!?         

Fred: ¡¡Se fue!! ¡¡Se escapo con él!!  Tu estúpida y Maldita hija, se fue con su amante!!!
 – Comenzó a gritar como loco, toda la gente, comenzó a murmurar… - 



23.1.13

Capitulo 35. Stagnant♥








Mayo, 1986         

Aquí, imaginándote… recordándote, extrañandote con cada fibra de mi ser, con cada suspiro y cada aliento. Dos semanas, dos fatídicas semana sin verte. Me volveria loca, completamente loca de eso estaba segura.
Fred me había engañado. Había dejado el viaje en dos semanas. 
Quizás Michael pensaba que ya me había ido, quizas mientras él lloraba por mi ausencia imaginandome al otro lado del mundo mientras yo estoy aquí lamentando mi completa estupidez.

Pamplinas, estúpida mentira… lo único que Fred quería hacer era engañar a Michael, haciéndolo creer que me había marchado hace dos semanas.  Los días eran años y las horas eran siglos… estaba encerrada en esta maldita casa, con la compañía de Verónica y Blanca. Era grata su compañía, pero el ambiente me sofocaba, amenazaba con matarme de asfixia.
Era una soga que me apretaba cinco centimetros más conforme pasaban los días.

 Mi madre no soportaba verme, se encerraba en su habitación sin dirigirle la palabra ni la mirada a nadie. Frederick, entraba y salía de la casa, en su mundo de lujos y comodidades, nadie sabía adónde iba, nadie sabía que hacía. Nadie podía decir absolutamente nada. 
No había visto a mi padre en casi tres semanas, su ausencia era evidente en la casa y hacía eco en mi corazón, él me enviaba cartas, que eran cortas… pero por lo menos, sabía que se acordaba de mí.  

Me contaba que le estaba yendo muy bien en los negocios en Rusia y lo mucho que le gustaba tomar café en el “Roosevelt” mientras sostenia un libro en sus manos sin poder leerlo, me hacia elogios y me animaba a continuar a pesar de lo duro y difícil que podía ser el día a día.  Aveces por las noches no sabia que hacer ni en que pensar, claro que tenia en quien pensar... pero preferia no hacerlo aunque las lagrimas salieran a cantaradas sobre mis mejillas, debía ser fuerte. 
Aveces Bebía, tomaba un poco de alcohol de la cocina y me bebía casi cuatro botellas, ya había dejado de hacerlo pero los vizios muchas veces son nuestro intento fallido de escaparnos de ciertas situaciones, aveces son escapatorias inutiles. Siempre fallidas.

Esa mañana luego de haber llorado frente al espejo la noche anterior, baje las escaleras, Verónica y Blanca habían hecho lazos muy fuertes… parecían madre eh hija. Me acerque al sofá, y me deje caer sobre él, me ardían los ojos y tenía un fuerte dolor de estomago, tal vez por los cuarenta litros de cerveza que tragué.


Blanca: Molly… ¿bebiste?        
Vero: Uff, - Tosió – no soporto el olor a alcohol.    – Blanca se paro y me abraso -    

Blanca: se supone que ya habías dejado de beber, tenías más de dos meses de no hacerlo… - Me beso la frente y acaricio mi cabello… una caricia un poco familiar -  Tranquila cariño, todo estará bien, ya lo verás. Nosotras iremos contigo a Inglaterra ¿no es así, Verónica?    

Vero: Si! ya verás lo mucho que nos divertiremos – Tomo mis manos – Compraremos ropa Gucci y tal vez veamos chicos guapos de la realeza – Me guiño un ojo -       
Yo: ¿Dónde está mi madre?   

Blanca: No lo sé, preparando sus maletas tal vez, a las cuatro debemos estar ya en el buque… ojala no sea un viaje tan aburrido.       

Vero: .. ya son las diez y no eh terminado de empacar! ¿te ayudo a empacar tus cosas colocha?        
Yo: No, gracias… Fred se encargo de empacar todas mis cosas anoche… - "Y lo había hecho completamente bien" me dije a mi misma recordando la estupida pelea que habiamos tenido la noche anterior... -  Solo iré a verificar que haiga metido todo lo necesario ¿está bien?      

Blanca: Bien.    

– Subí a mi habitación… no había casi nada en ella, solo muebles y tocadores completamente vacios…. y ahí estaba solo y abandonado, mi pobre caramelo.  EL osito de felpa que me había acompañado en sonrisas y lágrimas… no planeaba dejarlo aquí pues tal vez lo necesitaría. Abrí la última gaveta de mi tocador y ahí estaban… mis cigarrillos. Era increíble el tiempo que había estado sin ellos, abrí la cajetilla y solo quedaban dos miserables cigarrillos. Ya no… o tal vez.  Tocaron la puerta, provocando un pequeño sobresalto en mi. -      

Yo: Pase…       
Ana: Molly ¿empacaste todo? es hora de irnos – tomo mis maletas – te ayudare con esto. Hay que salir de aquí cuanto antes. Todos viviremos una nueva vida.        

Yo: ¿y mi padre? ¿Vivirá con nosotros? 
– Solté la pregunta, pues si él no iba… sería totalmente difícil querer sobrevivir.      

Ana: No lo sé, le avise por teléfono y…    
Yo: Espera… ¿llamo?          

- Como lo imagine, mi padre se comunicaba con mi madre por telefono y ella no había sido digna de comunicarme de su llamada o decirme un simple "Saludos" siempre, siempre ella me escondia de mi padre. 
Yo: Debiste haberme avisado, sabes... eh estado muy preocupada no eh sabido de él y queria...

Ana: Si, fue una llamada rápida, dijo que estaba de acuerdo.      
Yo: ¿Qué? – Estaba mintiendo… ella me mentía, siempre. Seguramente mi padre ni siquiera lo sabía -       

Ana: ¡Ya basta, Molly! Cállate la boca y cámbiate, no pensaras irte así. Deberias de botar a ese animal - Dijo señalando a caramelo - ¡Apresurate!


                                                               . . .  




Narra Michael:       

- Dos semanas. 
Planes, planes… ideas para un nuevo proyecto. 
Trabajo, trabajo en medio de todo este caos.  
Papeles, papeles que firmar… canciones que iban y venían. 

Parecía  un títere de mi propia mente. De mi propio corazón. Había ido, aquel día que supuestamente Molly se había marchado, yo había estado ahí, como un idiota preguntando que sucedía y porque esa embarcación no salía aún. Mentira, todo había sido una absoluta mentira… muchísimas cosas pasaban por mi mente, posibilidades, ideas, preguntas. 

¿Y si Molly no se había ido?  ¿Y si Frederick la había lastimado? ¿Y si ella estaba al otro lado del mundo pensando en mí y necesitándome? ¿Y si…?   Estúpida impotencia.   
Llamaba al puerto, preguntaba qué día saldría la embarcación con destino a Inglaterra… no llamaban.  No llamaban, no avisaban… Maldita sea.  Estaba desesperado. –                

Liz: - Abrio la puerta – Michael…?         

Mike: Hola, Liz… Dime.      

Liz: Frank esta al teléfono, dice que Adam quiere hablar contigo.      


- ¿Adam? Adam… Adam Mconery. No era momento de giras… hoy no, ahora no. -     
Mike: ¿Qué? ¿Qué quiere?       

Liz: No lo sé, dijo que era importante.      

– Cerré los ojos, y llevé mis manos hacía mi cuello, el estrés me estaba matando no quería atender esa llamada pero tenía que hacerlo… por lo menos, quería pensar en otra cosa. Baje al salón rapidamente y levante el teléfono -       

Mike: ¿Hola?       
Adam: ¡Michael, meses de no hablar! ¿Qué te ah pasado? pareces haber desaparecido de la faz de la tierra. ¿Cómo estás?       

Mike: Pues, digamos que bien. ¿Qué quieres, amigo? estoy algo ocupado ¿sabes?       

Adam: Esta bien, ya tendremos oportunidad de hablar, necesito reunirme contigo ¿Has pensado en volver a Encino? Sabes, con todo esto de tu nuevo proyecto, te necesitamos aquí. Todos estamos muy ocupados, reuniendo gente, preparando a la disquera…        

Mike: Si, sabes, Yo también estoy muy ocupado… últimamente muchas canciones vienen a mi mente y tengo otras escritas, tengo contratos largisímos que leer, propuestas que firmar, cartas que responder… ni siquiera sé quién soy, Adam.       

Adam: Deberías ordenar tu mente, ni te imaginas tengo demasiado trabajo y compromisos,  con lo de tu nuevo proyecto muchos productores y escritores han llamado, tambíen tengo que leer contratos, revisar las finanzas disponibles a gastar... Cosas familiares, imaginate ahora mismo tengo que dejar a mi hermana al puerto por que ira a una universidad en Inglaterra, mi madre ah estado enferma y necesito medicina…     

- ¿Qué fue lo que dijo? Mi corazón salto, parecio dar un brinco lleno de magia -      

Mike: ¿Qué? ¡Espera! ¿Qué fue lo que dijiste?     

Adam: Que mi madre ah estado muy enferma y necesito…    

Mike ¡No! no… antes de eso… ¿Buque a Inglaterra?       
Adam: Ah, si… a las cuatro de la tarde tengo que dejar a mi hermana en el puerto, incluso ya se me hiso tarde, tengo que…      

- Este chico era genial, sencillamente maravilloso. -     
Mike: ¡Adam! ¿Crees que puedes pasar por mi cuando vayas a dejar a tu hermana Necesito…     

Adam: ¿Qué? pero…       
Mike: ¡Por favor! Adam, luego te explicare todo!       

Adam: Son las doce del mediodía! a salir voy Michael!       
Mike: ¿Puedes hablar con Kart y Eliot? ¡Los necesito! recógelos a ellos también!     

Adam: ¡Espera! ¿Tus Guardaespaldas? pero…      
Mike: ¡Amigo, Necesito de tu ayuda! ¡Avísales, Recógelos y tráelos, nos reuniremos aquí lo más pronto posible! ¡Necesito ir a ese puerto! Después tendremos tiempo para explicaciones y hablaremos sobre nuestros planes.    

Adam: ¡Esta bien! ¡te veo allá!    - Colgamos -      

Liz: ¡Michael, porque gritabas!      
Mike: ¡Funcionara Liz! mi plan funcionara!     

Liz: ¿Qué? ¿Qué plan?      
Mike: Iré con ella, Liz… yo también iré a Inglaterra.     

Liz: - su cara se descompuso -  ¿¡QUE!? ¿¡ESTAS LOCO!?       
Mike: ¡Loco! Desquiciado de amor…    

- Subí rápidamente las escaleras, con Liz siguiéndome -     

Liz: ¿Sabes en lo que te vas a meter? ¡Por Dios Michael! ¡Tu madre ni siquiera sabe que te irás!  ¡¡No te dejara, cometer semejante locura!!       

Mike: Ella me apoyara, lo hará… siempre lo ah hecho.      

Liz: Pero, pero… ¡¡Tu madre ni siquiera sabe quién es la chica!!      

Mike: Eso no importa… Si la amo yo, con toda mi alma, estoy seguro que ella también la querrá.        
Liz: Dios mío… - Suspiro - ¿Y si… no puedes?      

Mike: Al menos… lo intente.          – La mire, no poder no era una opción… -



                                                              . . .  




- Caminé hacia el espejo, amarre mi cabello con un hermoso gancho violeta. Vestidos, vestidos, vestidos… Todos los hermosos vestidos que Papá me había comprado, los dejaría aquí. Menos este hermoso vestido blanco, que llevaba puesto.  Observe mis manos y las deslice sobre mi cuerpo…  ¿Enserio iba a hacerlo…? 

Olvidarme del amor de mi vida para siempre eh irme al otro lado del mundo con mi esposo, que a la vez me odia y me quiere asesinar? 
Era descabellado, lo sé. Pero no debía arriesgarme a perderlo... No, había perdido a Sam por culpa mía, y perder a Michael seria completamente... nisiquiera podia pensarlo.
Era como clavar cuchillos en mi corazón.   -            

Vero: - Entrando – Dios mío, ¡Mírate! Estas Preciosa…          

Yo: - La mire – Yo, Gracias… - Camine hacia la cama y me senté, colocando ambas manos en mi cabeza  -  No puedo hacer esto, Verónica. No quiero irme.         

Vero: ¿Sabes? No se porque lo haces. Simplemente no lo sé, Lárgate!  vete de aquí, con él. ¿Por qué le temes tanto a Frederick? - Se sentó junto a mí -        

Yo: Él es más malo de lo que crees, Pero no puedo decirte porque… no lo sé.         
Vero: ¿Por qué? – Tomo mis manos -  Anda, dímelo…      

- No podía, ya no podía ocultarlo más, esto me estaba matando, era una espina clavada en mi garganta, rompí en llanto -      

Yo: Verónica, por Dios… Fred fue, fue, él… ÉL mato a Sam.         
Vero: ¿¡Qué!?      

Ana: - Entro - ¡Molly! ¿Qué haces aquí! Frederick te está esperando abajo! ¡Anda! – Me jalo -  ¡No podemos llegar tarde!!  - Tomo mis maletas -         

Yo: Yo, pero…     

Ana: Verónica, vete con Blanca! ¡Tú ya deberías estar allá!     
- Ella estaba completamente desorientada, sin duda -      

Vero: S…i, Si.  

– Me miro, sus ojos me decían lo impactada que estaba al haberse enterado… Bajé rápidamente las escaleras siguiendo a mi Madre. Mi Madre… tan desquiciada por lo material, tan enamorada de la hora.  Blanca y Verónica ya se habían ido, me sorprendió lo rápido que Frederick ponía en marcha todo. -   

Ana: ¡Maldita sea, Molly! ¿Te quedaras ahí parada? ¡Larguémonos de aquí!   

- Mire hacia atrás… mi corazón parecía llorar, dolor… sentía dolor en el pecho. Mire mis rosas… Sí, ahí estaban.  Tan lindas, como siempre… Tal vez se marchitarían con el tiempo. 

Tal vez jamás volvería a acostarme en el césped, con un cigarrillo en la mano contando los pétalos de cada una de ellas. Mire mi casa, mi infancia en una inmensa y hermosa mansión… Todo, absolutamente todos los recuerdos se quedarían aquí. Estancados… muertos. 

Entre al auto, junto a Fred, quien le indico al conductor que nos llevara a nuestro destino. Él tomo mi mano y entrelazo sus dedos con los míos, lo mire detenidamente… 
Repudio, Ira, Odio… es lo único que sentía por ese hombre. Aparte mi mano de la suya tan rápidamente, que después él me miro con odio.  Se acerco a mí, y me susurro en el oído -     


Fred: No querrás hacerme enojar ¿verdad lindura?  – Coloco su mano en mi pierna y apretó mi piel, un pequeño gemido salió de mis labios, pues sentía como si mi piel se estuviera cortando – Comienza a cooperar un poco, porque en el mismo instante en que lleguemos juro por Dios que serás mía ¿has comprendido? … kity. 

– Me beso la mejilla. ¿Cómo me había llamado? Quite rápidamente su mano de mi pierna y lo empuje muy fuerte con ambas manos, tenía miedo… pero estaba harta. -        

Yo: ¡Vuélveme a decir kity! y te juro por lo más sagrado que en el mismo instante que lleguemos despertaras muy confundido, sin objeto que meter dentro de mí ¿has entendido? – Lo empuje de nuevo -  …Frederick.       

– El se río, casi a carcajadas, Sí, tal vez no me había creído… pero estaba segura que yo misma mataría a este hombre, oh por lo menos… lo vería morir y seria yo quien reiría  -           

Fred: Eres hermosa.