- El viaje
parecía no acabar, en todo el trayecto hubo silencio. Un silencio asqueroso,
con sabor a dolor y amargura. Ni siquiera quería imaginar mi vida así. Llena de
esos sentimientos horribles, Llena de hipocresía… buscaría un lazo eh
intentaría suicidarme.
Habíamos llegado,
había cientos de personas que irían en ese viaje de cinco días a Inglaterra. Ni
siquiera sabía porque Fred había elegido irnos en barco, en vez de tomar un
avión y llegar tan solo en horas… Seguramente tenía un plan, ni siquiera quería
saber de que se trataría…
. .
.
Narra Michael:
– Iba totalmente descontrolado, apurado…
corría y corría pero no llegaba.
Kart y
Eliot estaban ahí… después de meses sin verlos, más que guardaespaldas, mis
queridos amigos. Frank y Adam habían venido conmigo… Adam no tenía idea que es
lo que hacía Michael Jackson corriendo de forma alocada y desesperada junto a
cuatro hombres más con destino a una embarcación. Él Gritaba y gritaba mi
nombre desde atrás… ellos venían siguiéndome, tal vez corría demasiado rápido.
-
Frank: ¡Michael! ¡Espera,
tranquilízate!
Kart: ¡Mike!
Adam: ¡Santo Dios! Nunca había visto
tanta gente!!
- Gente, gradas… gradas,
gradas, más gente, iba a volverme loco, ni siquiera sabía cuál de los tres
barcos tenia destino a Inglaterra. Paré,
con la respiración agitada, me asome en el muro que separaba el puerto del mar…
gente, gente… más gente. Nadie con un hermoso cabello rizado, negro. Nadie con esos labios tan intensos y cara de
muñeca. Chicas, chicas, muchas chicas pero ninguna tan hermosa… -
Mike: ¡Disculpe! Señor… ¡Si usted! – Creo que era el capitán de uno de
los barcos… sí, eso creí - ¡Disculpe! ¿Cuál de esos barcos de dirige a
Inglaterra?
¿?: Usted es... usted
es!
Mike: Shhh! ¡Cállese! no lo diga en voz alta… ¡Contésteme
la pregunta!
¿?: Es… es, el
segundo.
Mike: ¿No sabe donde
venden los boletos?
¿?: Si! Aquí mismo
en este kiosco que esta atrás de usted.
Mike: ¡¡Gracias, gracias!! – Los chicos habían logrado alcanzarme, corrí
hacia en kiosco... por favor, por favor. Un gorro y una bufanda, eso quería! Se
los quite a Frank -
Frank: Michael
por Dios, tranquilízate.
Kart:
Hermano ¿Qué rayos haces?
Mike:
Buscando al amor de mi vida!
Adam:
¿¡¡Qué!!?
Mike: - Como pude, cambie
el tono de mi voz - Disculpe señorita,
puede darme un boleto de ida a Inglaterra por favor!!?
Eliot: Dios mío, Michael
¿¡¡Enloqueciste!!?
Mike: - Me lleve
ambas manos a la cabeza - ¡Sí! ¡Estoy
loco por ella!
¿?: Espere, déjeme
averiguar si aún hay cupo.
Frank:
Michael mírame ¿Sabes lo que haces?
Adam: ¡No, no lo sabe se ha vuelto loco!
Kart: ¡¡Pueden explicarme que es lo que
pasa aquí!!
Mike: ¡No hay momento
para explicaciones! – Volví a acercarme al muro y mire hacia abajo… había mucha
gente ahí, gente, gente y más gente… -
. . .
– Bajamos las gradas…
Íbamos a entrar al barco no podía creer lo que estaba haciendo, quería mirar
atrás, quería volver… con mi príncipe. Un hombre con traje de marinero se
acerco a mi. -
¿?: Señorita Molly, déjeme ayudarla a
bajar. – Lo mire, parecía saber quién
era yo, solo sonreí y el asintió devolviéndome la sonrisa -
Ana: ¿Cómo se supone que entraremos?
Esta muy alto.
Fred: Bajaran las
escaleras, Si… creo que así entraremos.
Ana: Hey! tú! - Se dirigió al
chico que me ayudaba a bajar - ¡Puedes hacer que apresuren todo esto! ¡Necesito
irme!
¿?: Disculpe pero, también soy
pasajero, señora Burcherberth.
Ana:
Ash! pensé que eras un empleado del barco… con ese atuendo tan anticuado.
– El chico solo rio -
Yo: Perdona a mi madre, ella es muy…
bueno, ella es así.
¿?: No importa,
- Sonrió, había tanta gente ahí y el amable chico me estaba ayudando a no
perderme - Soy Ronnie, mucho gusto en conocerte, eh visto
a tu padre en televisión, en campañas benéficas y todo eso.
Yo: ¿Enserio?... Yo, bueno yo soy…
Ronnie: Si, se quién eres… Molly
Elizabeth Burcherberth, es un placer… eres muy bonita, sin ofender.
Yo: - Solo sonreí - Gracias…
- Bajaron las escaleras, eran enormes… mucha gente empezó a subir -
Ronnie: Bueno, tengo que irme, fue un
placer… no te pierdas, suele ser muy peligroso aquí.
Yo: Gracias… fue un placer.
Fred: Molly cariño, por favor no te
mescles con gente absurda ¿Eres mi esposa, lo olvidas? -
Era un desgraciado, engreído -
Yo:
Adiós…
- Ronnie se fue, mi madre comenzó a subir y un hombre cargaba todas sus
maletas, Frederick se adelanto y la ayudo a subir… Un niño de tres años estaba
detrás de mi gritándole a su madre que ya estaba en la embarcación, el niño
estaba desesperado… lo levante y lo puse delante de mí, su madre solo me
sonrió.
. . .
¿?: Lo
lamento… ya no hay cupo.
Mike:
¿Qué? ¡No, no puede ser! ¡Debo estar en ese Buque! – Coloque mis manos en mi
cabeza, esto no podía estar pasando, corrí, y corrí de nuevo… tenía que llegar
abajo. -
Eliot: ¿Dónde está Michael?
Frank: ¿No lo ves?
Adam:
¡Maldita sea, corran! ¡Búsquenlo!
- Nunca, nunca en mi vida me había
sentido tan pequeño, tan desesperado… Quería llegar abajo, donde estaban las
embarcaciones. Me apoye en el muro y mire hacia abajo… Dios mío, Dios mío
¿Dónde estaría? Cerré los ojos con fuerza deseando con todo mi corazón
encontrarla, por lo menos verla… - Dios mío, por favor, ayúdame…
. . .
– Suspire… la gente que estaba
cerca de mí, estaba tan desesperada por entrar, y yo no quería ni siquiera dar
un paso adelante… Todos los de la clase alta ya habían subido, se me hacia tan
raro que él hombre que recibía los boletos y dejaba entrar a la gente no me
hubiera notado aún… Mire hacia el cielo, cerré los ojos con fuerza, las
lagrimas querían salir, hacer carrera en mis mejillas pero debía retenerlas. - Dios mío, ayúdame. –
Abrí los ojos... Trague saliva.
Mi corazón salto. Ángel, eso era.
Un maravilloso y hermoso ángel que siempre
estaba ahí, dispuesto a salvarme de todo y de todos. Me di cuenta que Dios si
me había escuchado.
Ahí estaba y mi
corazón amenazo con salirse, Tan hermoso, tan irreal, demasiado perfecto para
ser parte de este mundo… de mi mundo.
Pero ahí estaba, rompiendo todas mis
expectativas.
Él me miro y sonrió… esa maravillosa sonrisa que me había hecho
caer irremediablemente enamorada cada vez que la veía.
Estaba loca por él.
Estaba loca por él.
Fred: ¡Molly! ¿Qué rayos haces? ¡Se nos
hace tarde, vamos!
– Bajo y me jalo… Ni siquiera pude pensar en un segundo me
encontraba perdida, hundida en algún lugar de aquella hermosa mirada, tratando
de analizar lo que había visto y al otro instante estaba sentándome junto a
unas personas, completamente extrañas, con un aspecto millonario y
completamente material.
. . .
La había visto, la había visto…
la había encontrado Dios mío. No sabía si echarme a llorar o ponerme de
rodillas de agradecimiento al cielo. Estaba totalmente paralizado, Frederick se la
había llevado, ella parecía… completamente ausente, como si todo lo que pasaba
a su alrededor era un simple sueño.
Adam: ¡Michael, niño! Dios mío… ¿quieres
explicarnos qué rayos está pasando aquí?
Mike: - Tenia lagrimas en los ojos… tal vez, Fred la había lastimado oh,
algo más había pasado, mi corazón se lleno de desesperación – Frank – Lo tome de los hombros –
Acompáñame!
Frank: - me miro, el pudo
ver lo desesperado que estaba… - ¿Qué
planeas hacer, Michael?
Mike:
Entrar, ir a ese buque y subirme ¡Al precio que sea! ¡Tienes que ayudarme!
- Corrí, corrí lo más rápido que pude… hasta
que llegue, había mucha gente queriendo pasar -
. . .
Me senté en una
mesa junto a mamá. Habían muchas mujeres ahí. Todos parecían estar muy
emocionados de ir a Inglaterra. Junto a mamá estaban todas aquellas personas,
tan superficiales, hablando de temas completamente absurdos.
- ¿Y no piensas tener hijos, Molly?
- Déjala, seguramente quiere disfrutar
unos años, es joven y sumamente rica ¿Quién no quiere eso?
- ¿Cómo es Frederick? Dicen que planea
crear su propia empresa ¿lo sabías?
- Frederick es completamente guapo, te envidio muñeca.
- ¿Te piezas casar por la iglesia?
-
¡AH! si eso pasa llámame! regalos, tarjetas, invitados… ¡Yo puedo planear todo
Ana!
- Si lo sé, mi hija y yo
planeamos hacer una nueva vida en Inglaterra y una boda a lo grande seria… un
nuevo comienzo.
- ¿Ya vieron
quien está con Lourdes? – Todas Rieron – Dicen que es su amante, imagínate! y
su esposo está muy enfermo…
- Es
una maldita perra.
Deje de
escuchar y baje la mirada. Renuncie a
él, renuncie a su mirada… y no me arriesgue. Elegí vivir una vida completamente
vacía y oscura antes de verme culpable de que sus ojos pudieran no brillar
más.
“¿Y qué hay de mi? ¿Qué hay de lo
que yo necesito?
… Te necesito a ti, Molly. “
“ Y yo también te necesito… con toda mi
alma” quise decirlo… quise gritarlo, quise quedarme sin garganta de tan duro
que quería decirlo.
Las lágrimas
amenazaban con salir, mi corazón gritaba, tragué saliva… y limpie mis ojos
antes de que las lágrimas salieran.
Frederick llego de repente causándome un salto.
Fred: ¿Quieres pararte?
– Su voz sonó
fría y enojada, me pare sin causar ningún disgusto pues ahí habían muchas
personas, demasiadas. Me tomo del brazo
y me jalo llevándome hacia una habitación que estaba completamente vacía.
Entramos se abalanzo sobre mi y comenzó a besarme el cuello… me dio asco. Lo
quite de encima.
- ¡Dejame!
- ¿Quieres decirme que hace ese Idiota,
aquí?
- ¿¡Que!? – Dios mío… lo había
visto. Pero ¿como...?
- ¡SI! ¡Él está aquí, y
no lo niegues! – Me empujo - ¡No planees una locura ¿me escuchas? ¡¡No me hagas
hacer un escándalo aquí!!
- ¿Qué
clase de escándalo podrías hacer? ¿Matarme? ¿Matarlo a él? ¡Mátanos! a ambos!
Que me mates no hará que él deje de amarme o que yo lo haga.
- ¡Eres una estúpida! - Me pego una
cachetada, quise defenderme y comenzamos a pelear a golpes… Abrieron la puerta.
- Señor Frederick yo… Dios
mío, Lo… lo siento. Debí haber tocado.
- ¿¡¡Que es lo que quieres!!?
- La señorita Mercedes… lo busca.
Me miro de reojo y salió de la habitación… el otro chico solo se me
quedo viendo hacia el rostro, seguramente Fred me había hecho un moretón.
– Señorita Molly, yo… lo siento,
tanto. – Él trago saliva, apreté mis manos y un pequeño gemido salió de mis
labios. Quería echarme a llorar, ya no aguantaba más… - Ojala… ojala pudiera ayudarla. – Bajo la mirada – Trate de cubrirse el golpe.
No deje que la vean así… - Se fue -
Salí rápidamente de la habitación y
me asome a ver el mar, Lloré, lloré y lloré… No.
No estaba dispuesta a vivir
toda mi vida de esta manera.
No quería, no podía.
Me deje llevar por el dolor
de mi corazón, deje que las lagrimas salieran tanto como quisieran sobre mi
rostro... casi no podía respirar, mientras más lloraba, más me faltaba el aire
y el dolor aumentaba.
Solté mi cabello, sentí la brisa sobre mi rostro… el
barco empezó a moverse. Mi corazón quiso salirse.
- No dejes que
él gane. - Verónica estaba junto a mí y me sonreía, como si nada pasara.
- ¿Qué?
- El barco está empezando a marcharse, aún
tienes tiempo.
– Pero…
- Molly! ¡Olvídate de los demás! No te
obligues a vivir una vida que no quieres vivir.
– Me abrazo – Se que quieres hacerlo. Hace apenas unas noches alguien me
dijo que tuviera fé y confiara en mi corazón. Ya que él siempre triunfa.
Enséñales a todos que tienes la razón. – Sonrió -
Trague saliva, muchas sensaciones
empezaron a salir, cerré los ojos, suspire profundo mientras escuchaba las
voces de los que ayudaban a que el barco avanzara.
Mis pulmones se llenaron de aire, de olor… de
su olor. Sabía que él aún estaba ahí.
Sonreí… y sentí que mi corazón volvía a
palpitar.
Michael, Michael… Michael.
Él a cada segundo.
Lo amaba a él, lo queria a él a cada instante.
– Iré a
buscar al amor de mi vida. – Dije, y pareció que Vero sabía que yo iba a
decirlo. Ambas sonreímos, reímos… parecíamos dos niñas completamente
emocionadas. Yo, sobretodo. – Cuida a Blanca, dile que la amo, y que me
deseé suerte.
– Se lo diré… se
feliz.
– Muchísimas gracias,
Vero.
- ¡SI!, Adiós, adiós! ¿Qué estas
esperando? ¡VE!
Corrí, corrí
hacia el salón. No me importaba nada. ¡Nada! Solo él, solo yo… solo nosotros.
Muchas risitas nerviosas salían de mi corazón y de mis labios.
Me quite los
tacones rápidamente, para correr mejor.
Fred: ¿Molly, que rayos?
Ana: - se paro- ¡¡Molly Elizabeth
Burcherberth!! ¿¡Que estás haciendo!?
Corrí hacia las gradas, las
baje muy rápido.
Me dirigía hacia la
proa.
- ¿¡Señorita adonde va!?
- ¡Detengan a esa niña! ¡Estamos en
movimiento no puede acercarse tanto a la proa!
. . .
Eliot: ¡Michael ya no
podemos hacer nada! El barco se está yendo.
Mike: ¡tenemos que hacer algo, ella no
puede irse! ¡Ella no puede irse!
– Los ojos se me llenaron de lágrimas -
Frank: Michael, tienes que calmarte…
podemos, no lo sé. Buscarla en los hoteles de Inglaterra...
Mike: ¿Quieres que se vaya? Una vez se
haiga ido jamás podre recuperarla. ¡Maldita sea!
– Llevé las manos a mi cabeza,
no debía de perder la calma… no debía hacerlo debía. Pero… cuando me vi a mi
mismo dando vueltas tratando de encontrar otra opción otra salida, supe que
había perdido el control.
Lo había perdido… no estaba dispuesto a perderla por
que no habían boletos ¡¡Era completamente absurdo!! Debía entrar ahí. Corrí
hacia la entrada… adonde se encontraban los demás Barcos… la gente estaba como
loca queriendo entrar. Tuve que pelear con los policías, quienes al ver que no
tenia boleto querían sacarme a rastras de ahí. Peleé, traté con todas mis
fuerzas de llegar a ella. –
- ¡Por favor!
Déjeme pasar, se lo suplico!!
- Lo
siento, deberás los siento pero acaba de ponerse en marcha!
- ¿Qué? ¡No puede ser! – No, Dios mío…
no.
De repente se escucharon unos
disparos ¿Qué rayos sucedía aquí?
-
¡¡Policia!! Llame al salva vidas, llame al capitán ¡Haga algo! por Dios esa
chica se va a tirar!!
Mire hacia el
buque ¡Santo Dios! esa es?.... ella es, ¡¡Ella es!!
- ¡¡Tiene que dejarme pasar!! ¡Debe
dejarme ir por ella! ¡DIOS MIO!
-
¿Qué estas diciendo? ¿Pero…?
-
Tony! EL capitán acaba de llamar ¡¡Van a
detener ese barco, ella puede lastimarse!!
- ¿Qué se supone que debemos
hacer?
- ¡Un chico loco, comenzó a
disparar! ¡¡Dentro del barco!! hay que sacar a la gente de ahí!
- ¡¡Envíen policías!! ¡¡Un salva vidas!! ¡¡Saquen a este chico que
aquí!!
¡Hablaban de mí! No tenía
que salir de aquí… debía llegar a ella!!
Luche con el policía y me escape... Logre entrar!
. . .
Frederick comenzó a disparar, volví
a ver hacía atrás… él venía hacia mí, me
asuste, me asuste demasiado mi corazón amenazo con salirse de mi pecho debido
al miedo que tenia.
Me pase al otro lado de la proa.
El viento rozaba mis
mejillas… podía escuchar los latidos de mi corazón asustado y agitado.
Mi cabello no me dejaba mirar, suspire
profundo, cerré los ojos y me deje caer…
Fred: - Se asomo a la proa - No…
¡NO! ¡¡Maldita sea!!
Estaba
fría… el agua estaba totalmente fría.
Respire aire lo más profundo que pude, comencé a nadar hacia la orilla.
Michael…
ahí estaba, Dios mío. Él venía hacia mí, solo pude sentir las lagrimas cayendo a
través de mi rostro.
Mis pies
tocaron la arena. Corrí, corrí lo más rápido que pude hacia la orilla.
- ¡Michael! …. Ah, Dios mío, Michael…
Ambos corríamos hacía el otro.
Por fin
legue a sus brazos, su rostro estaba lleno de lagrimas que no dejaban de caer,
nos besamos, nos besamos muy fuerte, muy intensamente, queríamos comernos
literalmente, desintegrarnos en los labios del otro para así poder perdernos,
juntos.
Lo tome del cuello y él comenzó a darme vueltas en el aire. Nunca…
Nunca, jamás iba a poder vivir sin él, estaba atada a él por el resto de mi
vida, y era hermoso.
–
Molly… - Tomo mi rostro con ambas manos, estaba desesperado, su respiración muy
agitada. Y lloraba como un niño - … amor, nunca más intentes alejarte de mi ¡Te
lo suplico! Sin ti mi vida no tiene sentido muñeca, pensé que te perdería…
pensé que… jamás volvería a tenerte aquí, tan hermosa junto a mí.
– No podía irme, no debía hacerlo. –
ni siquiera podía hablar, el llanto me cortaba las palabras – no necesitándote,
ni amándote de esta manera… Bésame, Michael.
Lo necesitaba, necesitaba un beso suyo…
y me beso, desesperado, una, dos… tres, cuatro veces… que me parecían
insuficientes.
Fred: - Se tiro
desde la proa, y comenzó a nadar hacía nosotros - ¡Los voy a matar! ¡Imbéciles!
¡¡LEGO SU FIN, MALDITA SEA!! - Comenzó a
disparar -
Mike: Hay que salir de aquí!!
– Me jalo, y corrimos
hacia las escaleras… los policías nos dejaron pasar al ver que Frederick estaba
armado, subimos las escaleras lo más rápido que pudimos, Muchos policías
llegaron hasta la orilla donde estaba Frederick.
Ana: - Comenzó a bajar del barco, ya
que estaban evacuando a los pasajeros - ¡Frederick! ¡Diablos, Frederick!
¿¡Donde esta Molly!?
Fred: ¡¡Se
fue!! ¡¡Se escapo con él!! Tu estúpida y
Maldita hija, se fue con su amante!!!
– Comenzó a gritar como loco, toda la
gente, comenzó a murmurar… -