Ana: Maldita
sea, se cumplió, nuestro mayor temor se cumplió, ¡Tenemos que hacer algo! Sacar
a ese hombre de la vida de Molly antes de que algo mas suceda. No puede arruinar nuestro plan.
Fred: ¿Y que quieres que haga? ¡Que voy a
hacer por un Demonio! ¡Yo estoy mas desesperado que tú!
Ana: - Le
pego – Antes que nada debes calmarte Idiota! Tenemos que deshacernos de él… o
de ella.
Fred: No, Ana a
ella no la tocas.
Ana: ¿Qué? ¿Por
qué ahora vienes con lastima? Jaja, que rayos fue lo que te hizo?
Fred: Me gusta… ella me gusta.
Ana: Espera, estas diciendo ¿Qué te
enamoraste de ella?
Fred: No. Claro
que no. Es deseo lo que siento por ella, es pasión. Cuando la veo, cuando esta
cerca de mi, quiero hacerla mía ¿entiendes? Es deseo.
– Ana tiro un zapato y quebró el
espejo -
Fred: Diablos, que te
pasa?
Ana: TU! Todos, eso es lo que me pasa. Odio a Molly,
desde que nació es lo único que eh sentido por ella, Todos la aman, todos la
cuidan, Ja! Pero yo seré quien ría al
final, yo seré la única dueña y señora de todo el maldito dinero de Tom.
. . .
- El tiempo había pasado demasiado rapido.
Veronica me ayudaba a vestirme para la fiesta, apenas faltaban treinta minutos para que comensara, definitivamente no queria ir. Me mataba la idea de entrar ahí y ser alguien que nunca me habia gustado ser, ser parte de ese mundo lleno de vanidad y mentiras.
Michael y yo, odiabamos ese mundo.
Pareciamos dos cautivos en un mundo lleno de hipocresia eh insatísfaccion.
Me mire al
espejo y me coloque el antifaz, el color rojo se ceñía a mi piel.
Hermoso vestido, no habia duda.
Salí de mi
Habitación, Veronica se quedo con Blanca ambas se quedaron calladas, no dijeron nada.
El silecnio era más de todo lo que ellas tenian que decir.
Mi madre solo se vistió de gala y Fred con
una especie de capa negra.
En todo el camino hubo silencio sentía la tensión en
el aire, podía sentir el odio palpitando en las venas de mi madre al solo
mirarme, podía sentir el deseo que Fred sentía por mí, su mirada me incomodaba
demasiado.
Mi corazón simplemente no aguantaba aquello.
Llegamos a la fiesta habían
muchas personas famosas, casi todos los que estaban ahí, entramos, todos
andaban cubierto el rostro por mascaras o antifaces, yo buscaba con la mirada a
Michael, el ya debía de estar aquí.
¿?: Molly preciosa mírate que hermosa estas!
Yo: ¿Andy?
- Andy Turchman, el mismo avaro adinerado
de hace doce años.
Las personas con las que mi padre trataba nunca eran de fiar. Te comian con los ojos y en el mismo instante te dedicaban la sonrisa de hipocresia más impactante del mundo.
Avaros, amargados... eso eran.
Unos desdichados que nunca gozarian ni entenderian el verdadero significado de la vida y las bendiciones que esta nos regala.
Andy: El mismo, años de no verte Linda,
estas irreconocible! Si no fuera por tu cabello no te hubiera conocido. Pero que suertudo es tu esposo de tener a una
mujer así de hermosa!
Fred: Lo sé,
muy suertudo, es mas… anunciaremos algo muy importante esta noche amigo, debo
decirte que estés pendiente.
Andy:
Wow, y se podría saber que es…
Fred: No, claro que no, ya llegara el momento.
- ¿Qué estaba tramando Fred? ¿Qué es lo
que sus Malvados ojos trataban de decirme a gritos? -
Andy: Bueno yo los dejo, disfruten la
fiesta… Salúdame a Tom, Molly.
– Me
obligue a mi misma a no responderle, me sorprendía la magnitud de hipocresía en
la gente, la magnitud de maldad de todos y cada uno de los monstros con los que
había vivido desde pequeña, Andy Turchman por ejemplo había tratado de engañar
a mi padre para robarle más de veinte mil dólares, hace años
Fred: En verdad que estas hermosa
esta noche… no había tenido la molestia de decírtelo, pero… siendo una zorra ah
de ser normal que te lo digan.
- Trague saliva, una cachetada, eso es lo que queria darle -
Yo:
¿Sabes algo?... Te Odio.
Fred: yo también, Linda yo también.
Presentador: Bienvenidos todos al Baile de la compañia Warner Bross, junto a los empresarios Hillary Spencer y Tomás Burtcherberth, muchas gracias a estos empresarios y sus compañias, sin ellas este evento al lado de algunas estrellas de Hollywood no seria posible.
Damos la Bienvenida a Nicolás Spencer, Hugh Spencer hijos de nuestra querida Hillary Spencer. Tambien a Ana Damita Burthcherbeth y su hija Molly Elizabeth Burchercerth hija de Tom Burcherbert quien con su ejemplo a patrocinado este evento.
Tengan muy Buenas Noches, muchas gracias por su asistencia, todas y
cada una de las entradas monetarias serán donadas al Hospital infantil de Los
Ángeles.
Ahora, les invito a ponerse cómodos y bailar un poco. -
Genial, todas las personas sabian que mi madre y yo estabamos aquí... teniamos que ser mencionadas.
La música comenzó a sonar, muchas
personas escogían a sus parejas y bailaban la deliciosa cumbia que sonaba, Fred
me llevo a la mesa donde estaba mi madre y se fue por tragos. Mi madre me
ignoraba por completo, como siempre… parecía darle pena decir que yo era su
hija, su única hija.
Sabía que muchas personas aquí no me reconocían, ni yo a
ellos claro, por sus mascaras, pero buscaba un rostro especial, unos ojos
marrones capaces de deslumbrarme a 500 kilómetros de distancia… pero no los encontraba.
Fred: ya vine, le traje vino Ana,
Molly y yo tenemos algo que hacer. –
Ana solo sonrió pícaramente, esa sonrisa me asustaba, Fred me llevo a arrastras
al escenario, ni siquiera sabía lo que sucedía -
Liz: cariño,
¿has visto a Molly?
Mike: No, en
ningún lugar… hay demasiadas personas aquí.
Frank: los disfraces no ayudan en nada eh, nadie se ah acercado a
decirte ¡Hola Michael!, ni siquiera se nota que eres tu con ese disfraz de “El
Zorro”
Liz: pamplinas, Michael
se ve tan sexy que quisiera ser más joven en estos momentos.
Mike: - Sonrió - Jaja, gracias Liz, tu te ves hermosa como la Reina que eres.
Frank: Ignoren mi disfraz de
policía.
Mike: pareces mi
guardaespaldas.
– Liz y Michael
rieron -
Presentador: Gracias, Jonh, estuvo maravillosa tu
presentación.
A continuación tenemos un invitado muy especial, pocos lo conocen
pero, con todo respeto a la señorita, es el hombre más suertudo de Estados
Unidos! - Todos rieron - con ustedes Fred Ushban!
-
Aplausos, mi corazón temblaba… no sabía la locura o estupidez que Fred iba a
hacer -
Liz: ¿No es esa Molly? Y
ese es…
Mike: … Frederick.
Frank: Dios mío.
Fred: Efectivamente! Jaja, Buenas
noches a todos… Espero que estén disfrutando de la fiesta, la verdad me alegra
que todo sea para caridad, ustedes me entienden, hay tanta gente tan necesitada
de nosotros ¿Por qué no dar lo que sobra?
- Todos Rieron, aunque estaba segura que era pura cortesía, la hipocresía
de Fred se notaba demasiado, quería que la tierra me tragara, el tomo mi mano
enseguida –
Bien,
pero iré al grano, el motivo de mi participación esta noche es para, darles una
grandiosa noticia... como todos saben tengo más de cinco meses casado con la
maravillosa y Hermosa mujer que tengo a mi lado y pues, ambos hemos decidido
retirarnos de nuestros labores en todo esto de la industria comercial, por un
tiempo, Esta es la última vez que nos presentamos en público debido a que el
día de mañana nos vamos en un buque directo a Inglaterra a… vivir Felices para
siempre.
– Todos hicieron el típico:
“aaaw” como si fuera algo tan romántico, mi corazón se sobresalto demasiado
esto, esto no era verdad, tenía que ser una broma, ni siquiera Michael lo sabía
y estaba segura de que, aquí estaba. Estaba tan inmersa en mis pensamientos de
angustia y confusión, cuando Fred me jalo… y me beso. –
Liz: ¿Que... es esto?
Mike: - Salió corriendo del Salón -
Frank: ¡Michael!
Liz: Frank, Déjalo… necesita estar
solo.
Esto, le cayó como una patada al hígado, al igual que a mí.
– Fred me soltó, yo… no podía creer
lo que había pasado, estaba desesperada mi corazón gritaba dentro de mi, mire a todos y de repente, me pareció ver a Liz, saliendo
del salón apurada, no lo dude, ni siquiera lo pensé, Salí corriendo a
alcanzarla, en el segundo exacto en cuanto mis pies bajaron del escenario
empezaron a tocar de nuevo y la multitud impidió a Fred correr para alcanzarme…
Corrí, corrí lo más rápido que pude con el corazón en la mano, esto no podía estar
pasando todo era una pesadilla, Liz desapareció de mi vista, y al no verla mi
desesperación aumento ahora corría y lloraba a la vez, no conocía el Local, no
sabía dónde podía estar Liz.
- ¿Hacia donde va, señorita?
- yo, yo... suelteme!
- No puede salir usted sola, esta lloviendo!
- No me importa ¡Suelteme! tengo que salir!
Logre safarme y el guardia indico que yo habia salido, no, no tenian que alcanzarme corrí hacia donde se encontraban los autos y ahí no
había nadie, para mi desgracia… el cielo se empezaba a caer a cantaradas, las gotas empapaban mi
vestido rojo, perdí mi antifaz cuando corría, habían muchos autos en movimiento
afuera del lugar… corrí hacia el parqueo con todas mis fuerzas cuando escuche
un frenazo y un grito.
Era un auto negro,
enfrente de mí y la del grito… había sido yo.
Las luces del auto se encendieron y pude ver… ahí dentro estaba Michael…
estaba llorando y me miro, lo mire asombrada. Corrí lo más rápido que pude a su
encuentro, el abrió rápidamente la puerta y me lance sobre él, ambos
llorábamos, como niños asustados. –
- Michael,
por favor, tienes que escucharme tienes que oírme, esto es una pesadilla, sabes
muy bien que no lo amo, yo solo te amo a ti, a nadie más… por favor,
créeme.
- No llores… no tienes
porque hacerlo.
- por lo que paso
allá adentro, por lo que viste por lo que oíste, por favor tienes que
escucharme.
- Te escucho…
muñeca.
Acaricie sus mejillas,
respire profundo para poder decirle... Dios mío.
- Michael… Fred nos descubrió.
- ¿Qué? ¿Qué dices? - Sus ojos se salieron de la impresion, apreto mis mejillas con ambas manos... yo tocaba su cuello y Estalle en llanto.
– Mi amor, Fred y
mi madre quieren separarnos, quieren alejarme de ti y del mundo, mañana mismo
me harán abordar un buque a Inglaterra. – Lo abrase - tengo miedo, fue horrible enfrentar a Fred
cuando se dio cuenta, fue espantoso, tengo tanto miedo, tanto.
Tomo mi rostro en sus manos, el
estaba llorando al igual que yo, no soportaba verlo así, pude notar que estaba analizando todo, tenia miedo, tenia miedo al igual que yo.
No era miedo a personas o cosas.
Era miedo a separarnos, a vivir obligados uno sin el otro.
- No sabes cuánto me alegra saber que no lo
amas, tener esa certeza, nunca eh dudado de ti, nunca lo hare, pero me lastima
tanto ver que le perteneces a alguien más, que solo soy un error en tu vida
teniendo tantas buenas y mejores opciones.
- Michael, tu eres mi perfecta opción, mi maravilloso regalo, no
necesito nada mas, renunciaría a todo, a todo… porque tu ya eres lo mejor que
me ah pasado, no quiero alejarme de ti, no podría vivir sin ti, necesito aire,
así como también te necesito a ti, no quiero vivir en ese mundo lleno de maldad y de hipocresía, quiero vivir de otra manera a la que estoy acostumbrada, y te
amo, por ser tu, por ser la persona que eres, por ser el amor de mi vida.
Me beso, eso es exactamente lo que
necesitaba, tenerlo cerca, saber que respiraba y que su corazón palpitaba.
- No voy a permitir que te separen de
mí, ¿has escuchado? Eso sería mi condenación, mi sentencia de muerte. Te amo,
Molly. Este amor más bien me sabe a locura.
- ...una hermosa locura.
- ...Maravillosa.
Nos acomodamos en el asiento trasero
del auto, me acosté sobre él, aun no dejaba de llorar, detestaba ser así... irremediablemente fragil, amargamente miedosa, hermosamente enamorada.
Michael me abraso, sus calidas manos... sus hermosas caricias en mi cabello, esa hermosa y divina sensacion de que él no era real y por un momento, me asuste al pensarlo.
- Trata de calmarte, princesa. Todo va a
estar bien, no nos vamos a separar, ya lo veras, confía en mí.
Lo abrase con todas mis fuerzas, trataba
de calmarme, pero se me hacía imposible… Michael comenzó a tararear una melodía
lo que hizo que me calmara...
Tenia frio.
Estaba totalmente mojada y habia mojado a Michael, tenia frio y no solo fisico... tenia frio porque talvez esta seria la ultima vez que estabamos asi... juntos.
La ultima vez en la que un te amo, debia decirse con la boca y no con la mirada.
un te amo debia decirse con un beso...
Asi, en esa paz... antes de la tormenta.
...Asi totalmente relajada, escuchando a Michael tararear para mi una cancion aun sabiendo que el estaba tan asustado como yo.
asi debia ser... siempre.
escuche a mi principe suspirar, fue un suspiro hermoso, ahogado.
- Muñeca…
- Dime, mi amor.
- ¿Quieres escapar conmigo?
Y lo mire... un si era eterno, fenomenal, pero tambien doloroso y talvez mortal.
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