y te encontre, y me di cuenta que eras tu la unica pieza que me faltaba...

4.4.13

Capitulo 39. The edge of dementia♥





Narra Michael:    

Escuché el sonido del teléfono, obligándome a despertar de un solo brinco. Molly hablaba con la otra persona muy despectiva y con miedo, me levante lentamente y me puse detrás de ella tocando su hombro y colgando el teléfono… ella me miro a través del espejo, esa hermosa mirada parecía completamente asustada y confundida, se puso de pie justo frente de mi.  

– Era tu hermana, no sabía que decirle fue todo tan rápido yo… -  Hermosa, así era su manera de preocuparse por absolutamente todo. - … no debí contestar, lo siento. 

La abrase, era obvio que todo esto se nos saliera de las manos en determinado momento, debíamos enfrentar esto juntos… aunque eso significase tal vez perder a la mitad de mi familia.         

– No tienes porque disculparte cariño… esto no es tu culpa. 
      
- Pero Janet, ella…          

- Ella tenía que enterarse de esto, tarde o temprano, supongo que me odiara y cuestionara a mi madre, pero está bien…        

- No, no está bien, no es posible, Michael! ¡Todos se están enterando! ¿Te imaginas la gravedad de eso? ¿Cómo puedes estar tan calmado? ¿Cómo no puede importarte tanto? ¡Nuestras Familias se odian! ¡Me odian a mí! ¡Te odian a ti! Tu padre me odia es capaz de cualquier cosa por alejarte de mí y seguramente ya te cayó Janet encima… Frederick te odia, mi madre te odia, estoy segura de que toda tu familia te dará la espalda igual que la mía, me lastima, me hiere ¿Por qué todos se odian? – Oh no, Comenzó a llorar, rayos eso no… detestaba cuando ella lloraba, quería echarme a llorar también.      

– Nosotros nos amamos… - Asentí, mientras limpiaba pequeñas lagrimas de sus mejillas – nos amamos, y eso me basta y me sobra… por lo menos a mi. Ya deja de preocuparte por nuestras familias, eso es lo que menos importa, sabes perfectamente que el hecho de que se odien y nos odien, no evitaran que te ame así como te amo, eso no evitara que tú me ames. Molly ya basta de eso, ya basta de tu bendita preocupación por eso, porque no es importante… - Bajo la mirada y mordió sus labios… un gesto tan maravilloso y delicado de ella – Lo que importa es que estamos aquí, ahora… Podemos enfrentar esto, sin seguirnos escondiendo, no quiero huir de lo que siento, si amarte es pecado, quiero irme al infierno mi amor, quiero pagar por amarte de esta manera… no quiero que estés triste.              


– No lo estaré más… te lo prometo. – Levanto la mirada y me sonrió, cosa que despertaba en mí la más maravillosa y extraordinaria sensación en el alma… paz. 

Se abalanzo sobre mi abrazándome, colocándose de puntitas para poder aferrarse a mis labios, haciendo desaparecer mis más horribles sueños, convirtiéndolos en rosas, olas y toneladas de mariposas dentro de mí. 




/Encino, California/     


- ¿!Porque rayos yo no sabía nada!? Ja! mi hermano es un rompe hogares y yo salgo valiendo, mi opinión no cuenta.         

– Sabes perfectamente que tu hermano es muy reservado, yo me entere hace unas cuantas semanas…       

- ¿Y porque no me lo dijiste? ¿Por qué me entero hasta ahora?... ¿Quién más sabe?          

- Por ahora Tú, yo, Elizabeth, Frank y unos cuantos amigos de Michael.        

– Genial, espera a que Joseph y mis hermanos se enteren, será la bomba de Hiroshima.       

– No se enterarás, no por ahora…     

- ¿Y qué? planeas mantenerlo en secreto, que esto se lleve a cabo así por así… ¿Qué rayos te sucede madre? Esa chica es una ramera ¡Se metió con mi hermano! ¡Ambos son famosos! ¿¡¡Que se supone que dirán de nosotros!!? y peor aún ¿!!Que hace mi hermano con ella en una Isla desierta del Océano Pacifico!!?           

- ¡Janet Basta! Cálmate niña… tu hermano es lo suficientemente grande para poder decidir qué hacer con su vida, te aconsejo que no te metas… trate de razonar con él de esta situación pero es imposible… Michael está enamorado hasta la medula y no podemos hacer absolutamente nada… Lo único que puedes hacer es calmar tus celos y guardar el secreto.                           – Joseph entro a la habitación.        


-  ¿Secreto? … ¿De qué hablan?       

 - ¡Papá! No… de nada, son cosas de mujeres.      

– Ajá, te creeré… Katherine ¿Me darías el numero de Jermanie? Necesito hablar con él, ah por cierto… también el de Michael, ese niño lleva ya varios meses sin aparecer, se olvido completamente de su familia y sobre todo de su carrera, me urge hablar con él…           

 - Él, no está… salió, de vacaciones.          

- ¿Vacaciones?         

- Si, Padre… se supone que vendrá, no sé… en un mes más.       

- ¿Un mes más? No, necesito hablar con él ahora mismo, dame el numero…      

- Ah, yo… lo olvide, digo… lo tengo en mi agenda y la olvide, Padre.         

– Joseph ya deja de preocuparte, Michael está bien, él necesita…        

- ¡Necesito comunicarme con él, ya!      

 - No lo hará Joseph, él no quiere hablar contigo…           

 - Esta bien, yo iré a él… mañana tomare un vuelo a San Francisco en busca de mi hijo, vacaciones… ¿Qué clase de porquería tiene en la cabeza este niño? – Salió de la habitación, Janet y Katherine se miraron, completamente asustadas.



                                                              . . . 



Junio.   


El cielo podía tornarse oscuro las veces que quisiera, el sol se escondía formando un maravilloso atardecer, dejándole su espacio a la hermosa luna. Y era ahí cuando me daba cuenta que nunca antes había vivido tan plenamente feliz como lo hacía ahora… Ella era mi sol, mi luna, mis estrellas, la galaxia entera… ella era la que me daba el aliento de cada mañana, me daba aquel maravilloso suspiro a mitad de la noche, mientras tenía su cabello negro como almohada. 

No podía comprender como había vivido sin ella, quien había sido yo antes de conocerla… pues me sentía completo, no me hacía falta absolutamente nada. Era el hombre más feliz de este universo, incluso más que eso. El tiempo parecía volar, a veces parecía detenerse... parecía ni siquiera existir cuando ella estaba cerca, cuando su aliento estaba a dos centímetros de mi boca y me inclinaba hacía ella, para poder besarla y llenar mi alma de su luz y su paz. 

Junio llego lleno de alegría, pues Molly y yo no permitiríamos que nada nos estorbara, habíamos creado un mundo solo para nosotros, no nos faltaba nada, no extrañábamos absolutamente nada… pues lo teníamos todo. Nos teníamos uno al otro, y eso bastaba y sobraba. A veces solía despertarme, incluso mucho antes de que ella despertara, apoyaba mi mentón sobre mi mano, observándola… 

¿Cómo es posible que alguien llene tanto tu corazón? 
¿Cómo es posible amar de esta manera? No lo comprendía… Solíamos jugar antes de que llegara el atardecer, una hermosa guerra de cosquillas se daba a cabo en la arena o en la suavidad de la cama, me lanzaba sobre su pequeño cuerpo dejando pequeños besitos en su cuello, abdomen, mejillas y brazos, mientras ella llenaba la habitación de el maravilloso sonido de su risa. 

A veces me dormía, sobre sus piernas mientras veíamos una película, acariciaba mi cabello con sus manos tan finitas y femeninas, me daba besos en las mejillas, me decía cosas lindas… mientras yo ya me encontraba en el decimo cielo, donde todos los ángeles tenían su aroma y el sonido de su voz. 

Molly le había enviado una carta a su padre, hace ya varias semanas… donde decía que no planeábamos volver, y que estábamos bien, claro, demasiado bien, diría yo. 
La Respuesta de su padre llego los últimos días del mes, en una fría noche, después de que el sol se metiera. Yo sostuve el sobre en mi mano, mientras ella me miraba desde la terraza, con esa mirada tan cautivante y maravillosa… curiosa, sencillamente encantadora.  

La observe, observe su cabello negro, largo, sus piernas, la maravillosa silueta de su cuerpo dentro de esa hermosa bata de ceda… sus hermosos pies sobre la madera del piso. Baje la mirada, mordiéndome los labios… tenía miedo. 

Miedo a que en esta carta se encontrara una prohibición, una maldita negación, capaz de arrebatarme toda la vida de un solo tirón. Levante la mirada y camine hacía ella… mire el mar, estaba calmado y el agua parecía estar tibia, suspire profundo y me senté en una silla que se encontraba, justo frente a ella… 

- Llegó esto para ti… es, de tu padre. – me miro con asombro, mientras apartaba un mechón de su cabello detrás de su oreja, abrió la carta y comenzó a leer. 


Observe su lectura, su mirada parecía recorrer todas esas letras, sin poder creerlo… una pequeña y hermosa sonrisa salió de sus labios, que me contagio al instante, pero de pronto… su risa fue desvaneciéndose poco a poco, y su expresión se volvió confundida y asustada, recorrió unas cinco líneas más, para luego dirigir su mirada a mí, encendiendo una alarma… algo había sucedido, y mi corazón amenazo con salirse.       


- ¿Qué sucede? – me pare de inmediato, mientras tomaba sus manos – Amor… ¿Qué fue lo que paso? – ella no me contestaba, Dios mío mi corazón se acelero - Molly, contéstame… ¿Cariño?        

- Es mi madre, ella… ella… - Dirigió su mirada al piso, despectiva y confundida – Ella se escapó con Frederick.         

- ¿¡Qué!?        

- … Le robo a mi padre una fuerte cantidad de dinero y se fueron… ambos dejaron la casa y se largaron quien sabe dónde. – Dejó caer la carta y llevo sus manos a su cabeza… Hizo una señal de desesperación, y se tiro de rodillas al piso, llorando… me arrodille junto a ella, se me partió el corazón.       

– Dios mío… Molly – la abrase, ella lloraba, desesperada, sin nada que poder hacer – No puedo creer hasta que punto llega Frederick, de poner a tu propia madre en tu contra, es… un maldito bastardo.            

– Me lástima que nos haiga engañado… me engaño a mí, a mi padre ¡A todos! … siempre supe que ella solo quería el dinero de mi padre, pero nunca lo acepte, siempre supe que ella no me amaba, pero nunca lo acepte, es mi madre… ¡Una madre nunca hace eso! … una madre nunca abandonaría a su hija así. – Estaba temblando, limpio sus lagrimas con mi camiseta, oírla llorar era el peor castigo, el mayor dolor que podía sentir en esta vida… lloré, su dolor era mi dolor, sus lagrimas también eran las mías. 


Dejé que se desahogara en mis brazos, dejé que llorara lo que fuese necesario para su corazón… Tomé la carta que estaba en el piso, trate de visualizar en ella, algo importante… 

“… Tu alegría es la mía, pequeña” 

“Tu madre nos engaño, se fue con Frederick, llevándose todo… dejando mi corazón completamente herido. “ 

“… ah sucedido algo peor…” 

“ Frederick demando a Michael por secuestro… “  

Un minuto… ¿!!Qué había hecho, que!!? Mi corazón quiso estallar. Santo Dios, santo Dios, santo Dios… una orden de secuestro era, totalmente grave. Ahora no solo me buscaban sus hombres, sino también la policía… una orden de secuestro significaba que si daban conmigo, significaría unos treinta años en prisión, y una orden de alejamiento hacia mi hermosa y adorada víctima. 

No… no, no, no y no, mierda. 

Preferiría la pena de muerte antes de que me alejaran de ella. Ahora lo comprendía todo, Frederick y su madre habían planeado todo desde el principio, quizás ya le habían avisado a Tom que nos habíamos escapado y decidieron tomar la situación en sus manos… siendo ese un gran problema. Si Molly y yo volvíamos no solo nos obligarían a separarnos, sino que ella correría un gran peligro, pues su madre estaba dispuesta a todo por quedarse con el dinero de Tom… y ahora esa certeza, era la que estaba asfixiando a mi pequeña Molly, su madre era capaz de absolutamente todo por salirse con la suya, y eso me quedaba demasiado claro… pero Molly la amaba, estaba completamente seguro que en su inocencia podría volver a confiar en ella… y eso me asustaba, pues era aliada de Frederick. Molly, Jamás, nunca debía de volver con su madre.  

Su padre fue muy sabio al irse a Francia, pues sabía que si nos descubrían, Molly sería completamente capaz de tomar decisiones por si sola… él sabía que yo la protegería de todo y de todos, y estaba completamente agradecido porque el comprendiera mi amor por ella. Pero, esta situación, había empeorado irremediablemente.        


– Amor, muñeca… necesito que me escuches – me levante del suelo, tomándola de la cintura y llevándola hacia la silla, arrodillándome frente a ella, sin soltar sus pequeñas manos – Frederick quiere hundirme, quiere acabar conmigo… quiere separare de ti pero no lo va a lograr…        

- Pero, la policía… tu estas…            

- Yo estoy perfectamente bien cariño, necesito que me mires a los ojos y me prometas que… - suspiré… - pase lo que pase, nunca, escúchame bien, nunca más vuelvas a confiar en personas que tu creas que no te aman…      

- Pero, mi madre…        

- Tu madre, tal vez está confundida… no sé qué es lo que pasara por su mente, pero por ahora estoy seguro que no es nada bueno. – Cerro los ojos, dejando caer muchas lagrimas… - Sé que te lastima, lo sé… mi padre no me quiere, comprendo tu posición, pero entiende… - Tome sus mejillas con mis manos y limpié sus lagrimas – quiero protegerte, daría mi vida por ti y lo sabes… tú no estás segura, estando cerca de Frederick y tu madre… por eso no vamos a volver, no te preocupes por mi o por esa absurda demanda, porque eso no es importante, yo puedo manejarlo… quiero que estés bien, que seas feliz, pues tu felicidad también es la mía.          

– Michael… - suspiro, calmándose un poco, aliviando mi corazón – abrázame, dame de tu calor… 


Comenzó a llover, transmitiendo un clima muy tibia o calmado. La abrase lo más fuerte que pude, llenando mis pulmones con su delicioso aroma. Apoyo su mejilla en mi hombro, yo coloque mis manos en su cintura y la levante, llevándola hacia la chimenea… parecía tan pequeña en mis brazos, terriblemente hermosa y frágil…  la acosté sobre la alfombra, acostándome a su lado y cubriéndola con una frazada, se acomodo en mi pecho y suspiro profundo, parecía que solo con mi presencia ella lograba calmarse y conciliar el sueño… me sentía inmensamente bendecido, con este amor que parecía intensificarse más, cada minuto cada segundo…   

- ¿Tienes idea de cuánto te amo, Molly?         

- Sí, pues yo te amo de la misma manera, quizás más… ¿Sabes? que seas mi secuestrador es una buena idea, me gusta ser tu víctima, me encanta estar atrapada en esta locura contigo, Michael. No sé qué haría sin ti, te necesito a cada segundo de mi vida, mi amor…          

- Yo te amo muchísimo más, sin principio ni fin… mi amor por ti sobrepasa todo aquello conocido por el hombre, te amo con cada vena, con cada latido, con cada mirada, cada beso… con cada lagrima.              

- ¿Cómo podíamos vivir antes, sin habernos conocido?        

- Supongo que mucha gente vive sin conocer esta clase de amor, pero ¿sabes? lo buscan… lo ansían, lo anhelan, porque saben que sin amor no somos nada, en nuestro caso pues… el destino nos unió en el momento en que más nos necesitábamos. Yo estaba destinado a amarte con toda mi piel y mi alma… tú estabas destinada a amarme, a ser así de hermosa cuando te ríes, cuando callas, cuando lloras… cuando te entregas a mí, haciéndome sentir como una inmensa águila. Te amo, Molly Elizabeth Burtcherberth…    



No pude decir más, pues ella se balanceo para poder besarme. Me sentia la persona más feliz de este planeta. No comprendo como el amor es capaz de hacerle esto a las personas… es un sentimiento abrazador y sublime. Dormir con ella era algo maravilloso, sentir su respiración cerca de mi, sentir su corazón atraves del silencio de la noche me hacia queres entrar en su cuerpo, ser parte de ella… hundirme en su piel. Muchas veces mientras ella dormía, una lagrima caia de mis ojos, pues siemplemente no podía creer que su precensia me bastara para respirar… 

¿Qué hacer cuando te enamoras tanto de una persona, que tu vida sale sobrando por la de ella? 

¿Qué ducede cuando dependes tanto de alguien y no deseas respirar otro aire que no contenga su aroma? 

¿Qué pasa cuando te haces adicto a otra piel, y eres incapaz de  probarla, noche tras noche? 

Eso, es estar simplemente al borde de la demencia…



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